miércoles, 2 de enero de 2013

El ciclo del agua



Como ya hemos dicho anteriormente somos dos tercios  agua y el agua que guardamos en nuestro cuerpo ha recorrido un largo camino para llegar hasta ahí.

El agua que bebemos ha formado parte de los océanos más profundos del planeta. En cada vaso hay gotas que hemos compartido con los animales. Cada vez que bebemos nos unimos a ellos como parte del ciclo interminable del agua que ostenta nuestro mundo. Ahora mismo hay 12.000 billones de toneladas de agua concentradas en la atmósfera y circulando por el globo.

Lo que hace especial al agua es su composición química, dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, que se unen para formar una molécula de agua. Gracias a esta estructura, pueden unirse a otras moléculas de agua mediante fuerzas eléctricas conocidas como enlaces de hidrógeno, que son los que le confieren sus propiedades tanto físicas como biológicas. Además, es la rotura de éstos la que da lugar a los cambios de estado.

Una gota de agua  se evapora por calor y asciende hacia la atmósfera, se condensa y forma las nubes. Cuando éstas se enfrían y se acelera la condensación, las pequeñas gotas de agua se unen para formar otras de mayor tamaño que terminan por precipitarse a razón de su  elevado peso.

Se creía que las gotas se fragmentaban a medida que caían por causa de las complejas interacciones entre ellas, pero  un estudio llevado a cabo por la Universidad Aix-Marseilla (Francia) reportó que esto no es cierto, que la reducción de tamaño que sufre una gota desde que cae de una nube hasta que llega al suelo, es debido  a que cuando las grandes gotas alcanzan una velocidad de 10 metros por segundo  en su caída, se rompen por resistencia al aire.


Una vez en el suelo, el agua por infiltración o por escorrentía se une a grandes corrientes de la misma dando lugar al arrastre de sedimentos geológicos o formando acuíferos.

                                       

Como consecuencia del proceso de fusión se produce el deshielo debido a que la temperatura aumenta, mientras que si se produce una disminución de la temperatura (por debajo de 0ºC) el agua se congela. Si esto último ocurre en una nube, la precipitación se dará en forma de nieve o granizo.

Este proceso se repite una y otra vez dando lugar a las diferentes formas de vida en los distintos lugares de la tierra.

Sabela Benlloch 

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