domingo, 6 de enero de 2013

¿Esto está un poco salado, no ?


El sabor salado representa el elemento agua. La sal marina no refinada, como mayor  exponente del sabor salado, ha sido fuente de vida desde los orígenes del mismo ser. Es tan importante que en la Antigüedad la retribución que se recibía por el trabajo prestado se hacía en sal, de ahí deviene la palabra “salario”.

La sal marina es la consecuencia de la simple evaporación del agua de mar que deja un residuo sólido compuesto por 84 elementos estables, donde por supuesto el cloro y el sodio son los principales elementos cuantitativos, representando casi el 90% de su composición, pero la importancia cualitativa de ese 10% restante, es verdaderamente extraordinaria.

Si partimos de la base de que la vida se originó en el lecho marino, es obvio que exista una semejanza con esta (sopa madre).Todas las formas de vida del planeta llevamos incorporada dicha solución en nuestros organismos. Esto era fácil de reconocer para nuestros antepasados, pero no para nuestro modernismo industrial que lo considera “sucio” cuya necesidad es purificarlo. Esto comienza con la industrialización, algo curioso puesto que lo que llevo a desarrollar complejos procesos de purificación de la sal fue el gran valor industrial de su componente más básico, el cloruro sódico.

Existen grandes estereotipos sobre la sal, y esto es debido a que se incluyen en el mismo saco la sal refinada y la que no lo está.

Todo, en su justa medida es aconsejable y saludable.


          

Sabela Benlloch

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