El sabor salado representa el elemento agua. La sal marina
no refinada, como mayor exponente del
sabor salado, ha sido fuente de vida desde los orígenes del mismo ser. Es tan importante que en
la Antigüedad la retribución que se recibía por el trabajo prestado se hacía en
sal, de ahí deviene la palabra “salario”.
La
sal marina es la consecuencia de la simple evaporación del agua de mar que deja
un residuo sólido compuesto por 84 elementos estables, donde por supuesto el
cloro y el sodio son los principales elementos cuantitativos, representando
casi el 90% de su composición, pero la importancia cualitativa de ese 10%
restante, es verdaderamente extraordinaria.
Si
partimos de la base de que la vida se originó en el lecho marino, es obvio que
exista una semejanza con esta (sopa madre).Todas las formas de vida del planeta
llevamos incorporada dicha solución en nuestros organismos. Esto era fácil de
reconocer para nuestros antepasados, pero no para nuestro modernismo industrial
que lo considera “sucio” cuya necesidad es purificarlo. Esto comienza con la
industrialización, algo curioso puesto que lo que llevo a desarrollar complejos
procesos de purificación de la sal fue el gran valor industrial de su
componente más básico, el cloruro sódico.
Existen
grandes estereotipos sobre la sal, y esto es debido a que se incluyen en el
mismo saco la sal refinada y la que no lo está.
Todo,
en su justa medida es aconsejable y saludable.
Sabela Benlloch
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