jueves, 10 de enero de 2013

Entre aguas.

El primer parto en el agua registrado en la modernidad, tuvo lugar en Francia en 1803. El caso, que fue detallado en un periódico de la sociedad médica francesa, argumenta que una mujer que había estado en labor durante cuarenta y ocho horas encontró un alivio en su lento progreso sumergiéndose en el agua caliente. Después de estar breves instantes en el agua el bebé salió tan rápidamente que no tuvo tiempo de salir del agua para dar a luz a su bebé.

A partir de este momento se comenzó a utilizar el agua como primer medio de contacto para el bebé.Aunque no está muy explotado por ser aún desconocido y costoso.Además su práctica sin personal sanitario supervisando ha costado más de un accidente y esto hace desconfiar a las parejas.

Cuando la mujer se acomoda en la bañera, se aísla sensorialmente del mundo y consigue una desinhibición en sus movimientos y respiración. Este cambio de temperatura favorece a que la expulsión sea más vigorosa y eficaz (de rodillas, en cuclillas o en la sillita de parto).
En otras ocasiones, la mujer se halla tan relajada dentro del agua que realiza el expulsivo dentro de la bañera. En este caso el bebé, que está habituado a la inmersión en el líquido amniótico, entra directamente en contacto con un medio que le resulta familiar, de una forma no violenta y sin traumas. Entonces en cuestión de segundos, se deposita al bebé sobre el vientre de la madre para que ésta pueda darle un suave masaje mientras permanecen los dos dentro del agua.
El cordón umbilical sigue latiendo durante unos minutos, suministrando oxígeno al bebé hasta que comience a respirar por sí mismo.





Sabela Benlloch


 

1 comentario: