martes, 8 de enero de 2013

Propiedades físico-químicas del agua

 
1 . Baja densidad en estado sólido (densidad máxima a 4ºC).
Permite que el hielo flote en el agua. Esto hace posible que exista la vida marina en zonas como el ártico ya que el hielo superficial actúa como aislante.

2. Elevado calor específico.
Los puentes de hidrógeno entre las moléculas de agua liberan energía al formarse y la absorben cuando se destruyen, reduciendo al mínimo los cambios de temperatura.
Permite importantes cambios de calor sin afectar a la temperatura corporal. El agua se convierte en un mecanismo regulador de la temperatura del organismo, fundamentalmente a través de la circulación.

3. Elevada temperatura de ebullición (100º C a 1 atm).
El agua se mantiene líquida en un amplio margen de temperatura (0 - 100 ºC), lo que posibilita la vida en diferentes climas, incluso a temperaturas extremas.

4. Elevado calor de vaporización (energía necesaria para vaporizar 1g de agua: 536 cal/g).
El agua, al cambiar de estado, rompe sus enlaces de hidrógeno.
Permite liberar el exceso de calor, evaporando cantidades relativamente pequeñas de agua. Lo que posibilita, cuando es necesario, mantener la temperatura más baja que la del medio ambiente.
La vaporización continua del agua por la piel (sudor) y pulmones permiten enfriar el cuerpo.

5. Elevada conductividad calórica.
Permite la conducción de calor por el organismo, contribuyendo a la termorregulación, al mantener constante e igualar las temperaturas en diferentes zonas corporales.

6. Disolvente de compuestos polares de naturaleza no iónica.
Capacidad del agua de establecer puentes de hidrógeno con grupos polares de moléculas no iónicas. Así puede disolver compuestos tales como ácidos, aminas, alcoholes y glúcidos.

7. Capacidad de hidratación o solvatación de iones.
El carácter dipolar del agua determina que sus moléculas rodeen a sus distintos iones, aislándolos del resto. Esto facilita la separación de iones de diferente carga y contribuye a la solubilización de compuestos iónicos.

8. Elevada tensión superficial.
Los puentes de hidrógeno se forman y se rompen constantemente, pero siempre mantienen las moléeculas juntas, en una especie de malla, y que oponga una gran resistencia a romperse.
Esto determina una elevada cohesión- adhesión entre las moléculas de su superficie y facilita la función como lubricante de articulaciones.
La tensión superficial disminuye con la presencia en el líquido de ciertos compuestos que reciben el nombre genérico de tensoactivos (jabones, detergentes, etc.) que facilitan la mezcla y emulsión de grasas en el medio acuoso; así, las sales biliares ejercen esta acción tensoactiva en el intestino delgado, facilitando la emulsión de grasas y con ello la digestión.

9. Transparencia.
No afecta directamente al ser humano. Pero es importante para que se realice la fotosíntesis en fondos acuáticos.


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